A este perfil
responden la mayoría de los toxicómanos, un estereotipo común que muchas
personas tienen de los adictos. Pero esta percepción, a partir de ahora,
también tiene una base científica. Una investigación realizada por la Facultad
de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad de la Coruña
acaba de demostrar, en un estudio pionero en España, que existe una relación
directa entre el consumo de drogas y la composición corporal.
El trabajo, dirigido por el doctor Manuel Pimentel González, del Grupo de Investigación para la Actividad Física y la Salud, revela que el peso de los heroinómanos (en concreto) se sitúa cuatro kilos por debajo que el de una persona que no está enganchada a las drogas; así como el porcentaje de grasa corporal también menor entre los consumidores de heroína (10,72%).
El trabajo, dirigido por el doctor Manuel Pimentel González, del Grupo de Investigación para la Actividad Física y la Salud, revela que el peso de los heroinómanos (en concreto) se sitúa cuatro kilos por debajo que el de una persona que no está enganchada a las drogas; así como el porcentaje de grasa corporal también menor entre los consumidores de heroína (10,72%).
Cuanto más temprana sea la edad en que se
inicia el consumo de drogas, mayor es el daño físico.
Las drogas cuando entran en el organismo pasan al
torrente sanguíneo y desde allí son transportadas a otras partes, como el
cerebro. Desde ese lugar pueden intensificar o entorpecer los sentidos, como el
de alerta o reducir el dolor físico.
Conoce los efectos concretos que producen las drogas en tu salud:
Alcohol: En dosis altas afectan gravemente al juicio y la coordinación de las personas. Los bebedores pueden hablar de forma más lenta y sufren tiempos de reacción lenta.
Conoce los efectos concretos que producen las drogas en tu salud:
Alcohol: En dosis altas afectan gravemente al juicio y la coordinación de las personas. Los bebedores pueden hablar de forma más lenta y sufren tiempos de reacción lenta.
Anfetaminas: Estas drogas aumentan la frecuencia cardíaca, la respiración, la presión
arterial y además, pueden provocar sudoración, temblores y visión borrosa.
Cocaína y crack: Aumenta la frecuencia cardíaca, la respiración, la presión arterial y la
temperatura corporal. Su consumo inyectable expone al individuo al contagio de
la hepatitis o VIH, en caso que se comparta aguja con otros adictos. Inhalarla
podría promover la formación de un orificio en el revestimiento interno de la
nariz. La persona está expuesta a sufrir ataques cardíacos o experimentar
insuficiencia respiratoria.
Éxtasis: Sus efectos son una especie de hormigueo en la piel, una mayor frecuencia cardíaca sequedad en la boca, calambres, visión borrosa, escalofríos, sudoración y náuseas. Muchos consumidores han manifestado sufrir depresión, paranoia, ansiedad y confusión.
Heroína: Está asociada con el estreñimiento crónico, piel seca y problemas respiratorios. Los que se inyectan esta droga sufren a menudo colapso de las venas y en el caso de compartir la aguja corren el riesgo de contraer infecciones como el VIH, hepatitis B o C y la endocarditis bacteriana (inflamación del revestimiento del corazón).
Marihuana: Eleva la frecuencia cardíaca y la presión arterial. A algunas personas se les enrojecen los ojos o tienen mucho sueño o mucha hambre. Tiene un efecto fuerte en los pulmones como tos, respiración sibilante y resfriados frecuentes.
Éxtasis: Sus efectos son una especie de hormigueo en la piel, una mayor frecuencia cardíaca sequedad en la boca, calambres, visión borrosa, escalofríos, sudoración y náuseas. Muchos consumidores han manifestado sufrir depresión, paranoia, ansiedad y confusión.
Heroína: Está asociada con el estreñimiento crónico, piel seca y problemas respiratorios. Los que se inyectan esta droga sufren a menudo colapso de las venas y en el caso de compartir la aguja corren el riesgo de contraer infecciones como el VIH, hepatitis B o C y la endocarditis bacteriana (inflamación del revestimiento del corazón).
Marihuana: Eleva la frecuencia cardíaca y la presión arterial. A algunas personas se les enrojecen los ojos o tienen mucho sueño o mucha hambre. Tiene un efecto fuerte en los pulmones como tos, respiración sibilante y resfriados frecuentes.
El consumo de forma frecuente lleva a una dependencia física en la que
el organismo se vuelve necesitado de las drogas; tal es así que cuando se
interrumpe el consumo surgen fuertes trastornos fisiológicos, lo que se conoce
como Síndrome de abstinencia.
Realizado por: Rebeca Martín Pérez.
Realizado por: Rebeca Martín Pérez.