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¿Es la droga un enemigo? ¿Es realmente la droga un desconocido? ¿Hay algún aspecto que se nos escapa del conocimiento?


sábado, 1 de junio de 2013

Madres Contra La Droga

Testimonio de una madre con un hijo drogodependiente:
“Hasta los 15 o 16 años, mi hijo era un chaval encantador, se comía el mundo, hasta que comenzó a probarlo todo. Yo le notaba raro, porque una madre se da cuenta. Se quedó muy flaco, deteriorado, sucio, y con la mirada como ausente. Entonces mi hijo, que había estudiado dos años de Formación Profesional, trabajaba con su padre y el dinero que ganaba lo destinaba a las drogas. Cuando no tenía, me pedía, entonces 20 duros, 200 pesetas, para comprarse una china creo yo. A los 24 años se casó y se fue a vivir a otro barrio, y yo creí que la situación cambiaría. Venían a casa a comer y yo les veía muy mal y muy agresivos, una situación que acabó con la relación de pareja de mi hijo, que hace tres años que ha vuelto a casa. A partir de entonces ha sido el infierno, pero ¿qué madre no le abre la puerta a su hijo? Debido a sus adicciones, con 34 años ha intentado dos veces quitarse la vida, una fue con pastillas y otra vez se cortó las venas. Me lo ingresaron en Virgen del Camino, y salió muy recuperado, pero cayó de nuevo. Pido a la Administración que obliguen a hijos como el mío a ingresar, porque está poniendo en peligro nuestra vida, la suya y la de cualquier persona que pase por la calle. En más de una ocasión me han dicho que mande a mi hijo a la calle, lo hicimos una vez y estuvo dos noches durmiendo por ahí, como un perro. Yo no quiero eso para mi hijo, si se tiene que morir que se muera en la cama no en la calle. Ahora recibe metadona cada semana, y soy yo quien me encargo de recoger la dosis. Me entregan unos botes para todos los días, pero él los busca y acaba con tres en un día. Un día me lo encontraré muerto de una sobredosis.  La droga es un problema que puede afectar a cualquier familia no desestructuradas como quieren decir, porque nosotros lo único que hemos hecho toda la vida es trabajar para ellos”.

 “Madres Contra La Droga de Madrid”, su lucha comenzó en los años 70, hace casi 40 años, en los barrios del sur de Madrid. Por aquel entonces la implicación de la mujer en asuntos sociales y en ambientes marginales sobre todo, era incomprendida por los hombres. Estas madres salieron en defensa de sus hijos e hijas que caían en la heroína, para ello se organizaron en las parroquias principales, como la de Vallecas (Madrid).Estas madres entendieron que el origen de sus problemas comenzaba en un sistema que era injusto y que marginaba a una parte de la población llevándola a la exclusión, y se pusieron en movimiento para intentar cambiarlo.
En sus comienzos, años 70 y 80, estas madres fueron muy críticas denunciando las políticas carcelarias que se llevaban a cabo a los jóvenes que estaban tratando de desintoxicarse. Cuando la gente en su barrio no tenía casa donde vivir, defendieron la ocupación de viviendas vacías.
Hoy en día “Las Madres contra la Droga de Madrid”, siguen activo teniendo la sede de su asociación en Puente de Vallecas (Madrid). En estos tiempos, mantienen una lucha muy diferente, ya que la presencia de la heroína en la calle es más minoritaria, pero siguen velando por quienes están presos desde aquellos años y sienten gran preocupación por los recortes llevados a cabo por el actual gobierno en cuestiones sociales. En la parroquia de San Carlos Borromeo, en Entrevías (Vallecas), siguen su lucha, realizando acciones para poder escolarizar a niños de los poblados gitanos y rumanos del barrio. Según señalan, «hemos conseguido escolarizar a 150 niños y que cada mañana desayunen su bollo y su batido antes del ir al colegio». Otra de las preocupaciones que tiene la asociación, son los menores inmigrantes sin documentación.



"Hemos enterrado a toda una generación"

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