Testimonio de una madre con un hijo
drogodependiente:
“Hasta los 15 o 16
años, mi hijo era un chaval encantador, se comía el mundo, hasta que comenzó a
probarlo todo. Yo le notaba raro, porque una madre se da cuenta. Se quedó muy
flaco, deteriorado, sucio, y con la mirada como ausente. Entonces mi hijo, que
había estudiado dos años de Formación Profesional, trabajaba con su padre y el
dinero que ganaba lo destinaba a las drogas. Cuando no tenía, me pedía,
entonces 20 duros, 200 pesetas, para comprarse una china creo yo. A los 24 años
se casó y se fue a vivir a otro barrio, y yo creí que la situación cambiaría. Venían
a casa a comer y yo les veía muy mal y muy agresivos, una situación que acabó
con la relación de pareja de mi hijo, que hace tres años que ha vuelto a casa. A
partir de entonces ha sido el infierno, pero ¿qué madre no le abre la puerta a
su hijo? Debido a sus adicciones, con 34 años ha intentado dos veces quitarse
la vida, una fue con pastillas y otra vez se cortó las venas. Me lo ingresaron
en Virgen del Camino, y salió muy recuperado, pero cayó de nuevo. Pido a la
Administración que obliguen a hijos como el mío a ingresar, porque está
poniendo en peligro nuestra vida, la suya y la de cualquier persona que pase
por la calle. En más de una ocasión me han dicho que mande a mi hijo a la
calle, lo hicimos una vez y estuvo dos noches durmiendo por ahí, como un perro.
Yo no quiero eso para mi hijo, si se tiene que morir que se muera en la cama no
en la calle. Ahora recibe metadona cada semana, y soy yo quien me encargo de
recoger la dosis. Me entregan unos botes para todos los días, pero él los busca
y acaba con tres en un día. Un día me lo encontraré muerto de una sobredosis. La droga es un problema que puede afectar a
cualquier familia no desestructuradas como quieren decir, porque nosotros lo
único que hemos hecho toda la vida es trabajar para ellos”.
“Madres
Contra La Droga de Madrid”, su lucha
comenzó en los años 70, hace casi 40 años, en los barrios del sur de Madrid. Por
aquel entonces la implicación de la mujer en asuntos sociales y en ambientes
marginales sobre todo, era incomprendida por los hombres. Estas madres salieron
en defensa de sus hijos e hijas que caían en la heroína, para ello se
organizaron en las parroquias principales, como la de Vallecas (Madrid).Estas madres entendieron que el origen de sus problemas comenzaba en un sistema
que era injusto y que marginaba a una parte de la población llevándola a la
exclusión, y se pusieron en movimiento para intentar cambiarlo.
En sus comienzos, años
70 y 80, estas madres fueron muy críticas denunciando las políticas carcelarias
que se llevaban a cabo a los jóvenes que estaban tratando de desintoxicarse.
Cuando la gente en su barrio no tenía casa donde vivir, defendieron la
ocupación de viviendas vacías.
Hoy en día “Las Madres
contra la Droga de Madrid”, siguen activo teniendo la sede de su asociación en
Puente de Vallecas (Madrid). En estos tiempos, mantienen una lucha muy
diferente, ya que la presencia de la heroína en la calle es más minoritaria,
pero siguen velando por quienes están presos desde aquellos años y sienten gran
preocupación por los recortes llevados a cabo por el actual gobierno en
cuestiones sociales. En la parroquia de San Carlos Borromeo, en Entrevías
(Vallecas), siguen su lucha, realizando acciones para poder escolarizar a niños
de los poblados gitanos y rumanos del barrio. Según señalan, «hemos conseguido
escolarizar a 150 niños y que cada mañana desayunen su bollo y su batido antes
del ir al colegio». Otra de las preocupaciones que tiene la asociación, son los
menores inmigrantes sin documentación.
"Hemos enterrado a toda una generación"
http://www.antena3.com/programas/espejo-publico/eres-fan/la-comunidad/hemos-enterrado-toda-generacion_2011040401487.html
Realizado por : María Álvarez
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